Dolor pélvico crónico. Opinión del Experto

Dra. Vicenta Turrado Moran.

Especialista en Obstetricia y Ginecología. Unidad de Obstetricia y Ginecología de Gabinet d’Especialitats Mèdiques Associades GEMA S.L.


Es el dolor que se localiza en la región pélvica (zona baja del abdomen, ingles y vulva) que dura más de 6 meses, que puede ser constante o no, sordo o intenso, cíclico o acíclico, leve o suficiente severo como para interferir con la actividad normal de la vida cotidiana: trabajo, vida sexual, actividad laboral, social y familiar.

Puede ser causa ginecológica pero en muchas ocasiones el desencadenante nada tiene que ver con el aparato genital. Puede ser debido a trastornos urológicos, digestivos, del aparato locomotor y, en muchas ocasiones, no se encuentra una causa que explique las molestias que refiere la paciente. En cualquier caso, la causa es siempre multifactorial.

Es un motivo de consulta muy frecuente en los servicios de ginecología. Se calcula que una de cada tres mujeres sufrirá dolor pélvico crónico en algún momento de la su vida y es la causa del 40% de las laparoscopias. Así mismo el 25% de mujeres con dolor pélvico crónico pierde 1,5 días de trabajo al mes, el 58% tienen restringida su actividad normal y el 1% solicita consulta psicológica.

Entre las múltiples causas que pueden ocasionar dolor pélvico se encuentran:

-Dismenorrea: Dolor intenso durante el periodo menstrual. Es un dolor cíclico que dura 1-3 días y se relaciona con niveles elevados de prostaglandinas que provocan contracciones uterinas.

Congestión Pélvica: Es la dilatación del sistema venoso pélvico. Puede provocar dolor pélvico crónico que empeora con la bipedestación prolongada, antes de la regla y después del coito. Sin embargo la dilatación de las venas pélvicas se observa en muchas ecografías y la mujer no sufre ningún tipo de dolor.

-Endometriosis: Es la presencia de tejido endometrial fuera de la cavidad uterina. El grado de dolor no está en relación con la severidad de los implantes endometrióticos y hay mujeres con endometriosis que no tienen dolor.

– Infecciones Genitales no tratadas o infecciones de trompas y ovarios que ocasionan adherencias.

-Cirugía abdominal, sobretodo histerectomía (sacar la matriz).

-Síndrome de la vejiga dolorosa. Se puede acompañar de micciones frecuentes e incontinencia de orina.

-Cálculos en uretras o vejiga.

-Radioterapia sobre la pelvis.

-Síndrome del colon irritable. Hay periodos de dolor abdominal y pélvico asociados a episodios de estreñimiento.

-Problemas musculoesqueléticos: Espasmo de los músculos de la pelvis, alteración de las articulaciones de la pelvis, alteraciones de la columna lumbosacra.

-Alteraciones psicológicas: La depresión, ansiedad, ira-hostilidad, somatización y trastorno del sueño son más comunes en mujeres con dolor pélvico crónico. No está claro si la alteración del estado de ánimo predispone al dolor pélvico crónico o bien es consecuencia del mismo.

-Antecedentes de abuso sexual. Existe en el 50% de las mujeres con dolor pélvico crónico según diferentes estudios. No está clara la causalidad pero si se ha demostrado que el abuso sexual predispone a la cronicidad al aumentar la vulnerabilidad en la depresión.

Dado que casi  siempre hay más de una causa, el tratamiento es complejo, largo y difícil y requiere la participación de diferentes profesionales.

Cuando el dolor es en si la enfermedad, la meta del tratamiento no es la erradicación completa del dolor, sino encontrar estrategias que permiten una vida más funcional. Los medicamentos neuromoduladores, los tratamientos psicológicos y otras terapias como el mindfulness (consciencia completa), ioga, acupuntura… pueden ser útiles para disminuir la hipersensibilidad central al dolor. La buena higiene del sueño ejercicio, dejar de fumar, comer sano y el soporte social mejoran la efectividad de los tratamientos. Es esencial que médico y paciente se comprometan a largo plazo y trabajen desde una perspectiva de rehabilitación en lugar de esperar que un tratamiento concreto sea la respuesta. Esto evitará sentimientos de fustración y derrota tanto en el médico como en la paciente.