¿Qué es la prueba de broncoprovocación?

La prueba a la que usted va a someterse consiste en inhalar cantidades cada vez mayores de diversas sustancias (cloruro de metacolina, histamina, carbachol, adenosina) o en realizar determinadas maniobras (ejercicio o hiperventilación) que son capaces de provocar un estrechamiento de los bronquios en personas con hiperreactividad bronquial.

¿Qué mide la prueba de broncoprovocación?

Es una prueba que sirve para confirmar o descartar la presencia de hiperreactividad bronquial.

¿Cómo se realiza la prueba?

Esta prueba se realiza por enfermero cualificado con experiencia y bajo vigilancia médica.

En primer lugar se confirma la ausencia de contraindicaciones y el cumplimiento del tiempo previo establecido sin medicación inhalada. El médico le debe informar de los posibles riesgos de esta retirada transitoria de la medicación (reaparición de los síntomas que suele presentar).

A continuación se lleva a cabo una medida de la función pulmonar mediante una espirometría (técnica que mide los flujos y volúmenes respiratorios). Si ésta es normal, se le da a inhalar una pequeña cantidad de la sustancia y al cabo de cierto tiempo se mide nuevamente la función pulmonar. Esto se repite con concentraciones crecientes de esta sustancia hasta llegar a una cantidad determinada con la que finaliza la prueba. Si en cualquiera de las inhalaciones la función pulmonar bajara hasta un límite establecido, la prueba se suspende.

¿Qué preparación se necesita?

No debe fumar en las 24 horas previas a la realización de la prueba.

Evitará la ingesta de estimulantes del sistema nervioso central como el café o el té, y/o depresores del mismo, como el alcohol o determinados medicamentos como los tranquilizantes o los utilizados para poder dormir (hipnóticos).

Suprimirá el uso de ciertos aerosoles utilizados precisamente para modificar el tamaño de los bronquios. Observándose los periodos de tiempo necesarios tras la retirada de medicamentos que pueden alterar la dinámica bronquial tal como se señala en la siguiente Tabla:

FármacoTiempo de abstinencia
Agonistas β2
Acción rápida6 horas
Acción prolongada36 horas
Oral24 horas
Teofilinas48 horas
Ipratropio6 horas
Cromonas24 horas

Si se tiene duda sobre el uso de cualquier medicamento previo a la realización de la espirometría, lo mejor es que se consulte con el especialista.

Le entregaremos un consentimiento informado que deberá firmar antes de empezar la prueba.

Qué efectos le producirá:

La prueba es bien tolerada y las molestias se relacionan con el tiempo que necesita para llevarse a cabo y la necesidad de realizar varias espirometrías (requieren un esfuerzo).

En qué le beneficiará:

Permitirá el diagnóstico de asma bronquial. Facilita la indicación del tratamiento más adecuado.

Qué riesgos tiene:

Cualquier actuación médica tiene riesgos. La mayor parte de las veces los riesgos no se materializan, y la intervención no produce daños o efectos secundarios indeseables. Pero a veces no es así. Por eso es importante que usted conozca los riesgos que pueden aparecer en este proceso o intervención.

Los más frecuentes:

Tos, opresión en el pecho y leve dificultad para respirar.

A veces puede producir sensación de calor, sudor o mareo. Puede aparecer en personas sensibles a ciertas situaciones (análisis de sangre, visión de sangre, dolor, etc.).

Los más graves:

Es excepcional que se produzca un ataque severo de asma con insuficiencia respiratoria, espasmo de glotis y espasmo coronario.

Contraindicaciones:

La espirometría no se debe realizar nunca en las siguientes situaciones:

  • Expulsión de sangre con la tos (hemoptisis) de origen desconocido.
  • Neumotórax.
  • Inestabilidad hemodinámica (difícil control de la tensión arterial), angina de pecho o infarto reciente, u oclusión de una arteria pulmonar con un coágulo de sangre (tromboembolismo pulmonar).
  • Dilataciones anormales de las arterias (aneurismas) torácicas, abdominales o cerebrales.
  • Cirugía ocular reciente (por ejemplo: cataratas) o desprendimiento de retina.
  • Presencia de una enfermedad aguda que pueda interferir con la correcta realización de las maniobras (por ejemplo: náuseas, vómitos).
  • Cirugía torácica o abdominal reciente.

Además de las que su médico le indique.