¿En qué consiste?

Es el estudio del tracto gastrointestinal superior, que incluye la faringe y esófago.

¿Para qué se utiliza normalmente?

Se utiliza para evaluar la existencia de enfermedades como procesos inflamatorios, trastornos de movimiento, reflujo, hernias, obstrucciones y fístulas.

¿Cómo se realiza?

El paciente se sitúa sobre la mesa de exploración y debe beber un líquido de contraste que, generalmente, es de bario; en algunos casos, también se puede hacer ingerir un preparado bicarbonato de sodio (similar a los Alka-Seltzer) para mejorar la calidad de las imágenes.

Se indicará al paciente diversas posiciones, que pueden ser de pie o tumbado sobre mesa y también se indicará estar inmóvil durante la captura de las imágenes para evitar que queden borrosas.

La duración de la prueba tiende a ser entre 15-20 minutos.

¿Cómo hay que prepararse?

Mantenerse en ayunas al menos desde 6 horas antes de comenzar. Durante este período de tiempo no es conveniente fumar.

Consulte la Preparación.

¿Qué experimentará antes y después de la prueba?

Cuando finalice la exploración, y salvo que el médico no le indique lo contrario, puede comer y beber normalmente y tomar su medicación habitual. Después de haber realizado radiografías contrastadas del sistema digestivo, las heces pueden ser grises o blancas durante los dos o tres días posteriores; no se asuste, es normal. En algunos casos, puede aparecer un estreñimiento leve.

Otros aspectos destacados que se deben tener en cuenta

Es una prueba diagnóstica no invasiva, ya que el sistema digestivo no absorbe el bario y por lo tanto no llega a la sangre con lo cual las reacciones alérgicas son extremadamente raras.

Este tipo de estudio no deja radiación en el cuerpo, además, en la actualidad, los equipos de rayos X, tratan de minimizar la dosis de radiación al máximo.