Tratamiento del dolor crónico con radiofrecuencia. Opinión del experto

Dr. Rafael Tibau Olivan

Unidad de Cirugía Ortopédica y Traumatología de Gabinet d’Especialitats Mèdiques Associades GEMA S.L.

 

Desde hace algunas décadas se ha ido generalizando el uso de la radiofrecuencia para el tratamiento de algunos problemas de dolor de la columna. Es un tipo de tratamiento conocido habitualmente como “Rizólisis percutánea”.

El origen, en general del dolor, es la activación debido a diferentes problemas, de sensores localizados en muchas partes de nuestro organismo y la transmisión desde estos, por una compleja red nerviosa, hasta el cerebro.

La Rizólisis, neurólisis, neurotomía o denervación percutánea mediante ondas de radiofrecuencia o radiofrecuencia en general, trata de bloquear la transmisión nerviosa al camino entre el origen del dolor y el punto del cerebro donde este se hace consciente.

En la práctica, es una técnica muy poco invasiva ya que se llega a los nervios que nos interesa bloqueando con agujas especiales y bajo anestesia local. No requiere ingreso hospitalario.

Es una técnica segura porque, cuando la aguja llega al nervio que queremos bloquear, se hacen toda una serie de tests por los cuales comprobamos que estamos donde queremos y no en otro punto. Una vez llegados al punto deseado con la aguja, esta se conecta a un generador de radiofrecuencia que actúa a nivel del nervio, bloqueando la transmisión nerviosa de forma duradera.

De forma histórica, hace décadas que ha sido utilizada para el tratamiento del dolor lumbar. Por un lado, los buenos resultados obtenidos con la técnica (los estudios más recientes publican una tasa de buenos resultados alrededor del 70-80 % en pacientes seleccionados con síndrome facetario lumbar, y se mantiene la mejoría sintomática entorno del 60-70 % durante más de 6 meses) y por otro lado, algunos avances en la misma que hacen que pueda ser usada en nervios donde antes no era posible, hace que en  la actualidad pueda utilizarse para innombrables causas de dolor, especialmente en el aparato locomotor. Entre ellos, es útil para la columna vertebral (cervical, dorsal, lumbar o coxis), hombro (tendinitis), codo (tendinitis), cadera (artrosis y trocanteritis), rodilla (artrosis), pie (fascitis y neuroma de Morton).